viernes, 10 de septiembre de 2010

La unidad de desplazamiento.

Una de esas tardes en las que mi temprana jubilación me ha convertido en un emocionado descubridor de la ludicidad del tiempo libre, decidí que estaría bien continuar con el mundo "blogero" que inicié este verano.
Nunca he escrito demasiado, ni tampoco he mostrado especial continuidad en los proyectos que he iniciado, pero la experiencia del diario de viaje me ha gustado, y porqué no intentarlo.
Mas, que tema escoger, sobre qué escribir cuando no existen viajes que describir o simplemente no eres aficionado a nada en concreto.  Pequeño gran problema... si lo intentas resolver. Pero el tiempo me ha demostrado que cuando algo no se puede resolver no hace falta perder tiempo en solucionarlo ni en encontrar soluciones postizas. Por lo que este blog no tendrá ningún tema.
Acaso cuando llamas a unos colegas para tomar algo pones algún pretexto. Simplemente, los mejores momentos surgen.
No niego, al emprender este blog, una cierta añoranza de las sobremesas después de una cena los viernes, o de las copas antes de entrar al Razzmatazz o el Karma, de los desayunos sin sabor, aunque parecieran celestiales. Y de tantas cosas que en su momento fueron geniales y ahora entrañables. Y sinceramente, el facebook o el twitter están bien pero... un poco sosos.
Así que, en este experimento, iré metiendo entradas sin ninguna temática concreta, que os pueden entretener en algún momento de tostón en el trabajo, cuando os aburráis en casa o... cuando os dé la gana, vamos.
La dirección de este blog la enviaré a un pequeño grupo de personas los cuales os conocéis (la mayoría) entre vosotros. Por lo que si a alguien le apetece escribir algo, otro le podrá contestar sabiendo quién es. En el fondo es crear una reunión de amiguetes sin tiempo ni espacio físico.
Así que, si os apetece, echar un vistazo a La Unidad de Desplazamiento.
Cuidaos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario